sábado, 4 de febrero de 2012

¡Ten piedad de mí!

Dibujo de San Bruno de Pereira
 Cartuja de Miraflores (Burgos)


Tú, que eres mi Señor,
Tú, cuya voluntad prefiero a la mía.
No me es posible contentarme con palabras
al presentarte mi oración.
Escucha mi grito que te suplica
como un inmenso clamor...
Tú, de quien me he constituido siervo:
Te ruego con perseverancia
e insistiré en mi ruego,
hasta merecer alcanzar tu favor.
Pues no anhelo un bien de la tierra;
no pido más que lo que debo pedir:
sólo a Ti...
¡Ten piedad de mí!
Y pues inmensa es tu misericordia
y grande mi pecado,
ten piedad de mí inmensamente
en proporción a tu misericordia.
Entonces podré cantar tus alabanzas,
contemplándote, Señor.
Te bendeciré con una bendición
que perdurará a lo largo de los siglos;
te alabaré con la alabanza y la contemplación,
en este mundo y en el otro,
como María, de quien nos dice el Evangelio,
que ha escogido la parte mejor. Amén.

Oración atribuida a S. Bruno

1 comentario:

  1. ¡Que hermosa oración!
    La copio para orarla muchas veces
    Gracias.
    DTB!!

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