lunes, 3 de enero de 2011

E L S I L E N C I O en la vida del monje




Los monjes de vida contemplativa pueden ser considerados como “hijos del silencio.”

El monje se habitùa a vivir con su cuerpo y con un alma en perfecto silencio:

-Silencio en los labios,

-Silencio del corazòn,

-Silencio de la mente.

Los sentidos externos dejan todo apego, toda curiosidad de ojos y oìdos. Dejan las cosas materiales y toda afectividad por todos los seres creados.

El silencio hace màs disponible a todo creyente para vivir en la presencia de Dios y descubrir el Misterio. El silencioso penetra los secretos de la contemplaciòn.

Con el silencio el hombre va desapareciendo y su ser externo va perdiendo valor y poco a poco va retornando a la primitiva gracia recibida de Dios antes de la primera caìda del paraìso terrenal y està ordenada a la visiòn beatìfica.



El silencioso penetra en el secreto. Permanece en su “yo” profundo: “Calla, islas para que puedas escucharme,” ( Is 41, 1 ). Asì vive en un presente que no tiene un mañana. Dios habla en el silencio y por eso el solitario calla.

La tarea primordial es dejarse formar, martillar, estructurar del silencio que le da el poder de vivir y de morir.



EL ARTE DE LAS ARTES

El arte de las artes no està en amar o conocer, està en saber vivir en silencio. Entonces se genera el conocimiento y el amor, la humildad y la virginidad del corazòn.

En esta ciencia espiritual, el silencioso no se olvida de los hombres, Dios a travès de èl, consuela, vigoriza, guìa y acompaña a todo ser viviente.



Es el arte que permite vivir en estado de oraciòn sin distraerse y elevando cada dìa a sus hermanos para hacer germinar el grano de trigo, de mostaza, de arròz, de todo esto de que habla la tradiciòn cristiana del Oriente y Occidente. En una palabra el silencio del eremita, sella el compromiso de la vida interior y es la manera perfecta de guardar “el secreto del rey.”



SAN BRUNO EN SU CARTA A RODOLFO

Afirma San Bruno que “aquello que la soledad y el silencio del desierto ocasiona de utilidad y de gozo divino a cuantos aman, sòlo saben decirlo aquellos que lo experimentan.”

La mìstica del silencio es esencialmente contemplativa y da la gracia de vivir y estar de corazòn a corazòn con Dios.



MAXIMO BALDINI

Dice que el tema del silencio puede ser actual o no actual. No obstante se puede pensar, segùn otros muchos estudiosos que el silencio es indudablemente actual, quizà mucho màs de lo que nunca ha sido. Este autor traer los siguientes testimonios:

Sontag, dice que el hablar se ha convertido en una esclavitud como el alcohol. Nuestra civilizaciòn es de palabras fantasmas, llenss sòlo de ruido.

Las palabras crean confusiòn, no son la palabra. Es màs bien una alusinaciòn de vientos, de vagas charlatanerìas de la vida cotidiana que hace notar la nostalgia del valor del silencio.

Se ha dicho que “el silencio pertenece a la estructura fundamental del hombre.”



Para Gandhi el silencio “dilata el espacio de tiempo de nuestra vida.”



Bossuet ve en el silencio un medio privilegiado para “conseguir la propia salvaciòn.”



ISAAC DE NINIVE

“Si amas la verdad, sè amante del silencio, a semejanza del sol, este te harà luminoso y te librarà de los fantasmas de la ignorancia. El silencio nos une a Dios mismo.

GERHARD TERSTEEGEN

“Por el selencio son reconocidos los que llevan a Dios en el corazòn.”

IGNACIO SILONE

En ningùn siglo, la palabra ha sido tan tergiversada, como lo es ahora de su fin natural que es el de comunicarse con los hombres. Hablar es engañar y engañarse que a menudo se hacen sinònimos.

El poeta de nuestros tiempos, como el mìstico, ha probado al menos, por una vez en su vida el deseo de “morir de silencio.”



PICARD, escribe: “El silencio pertenece a la esctructura fundamental del hombre.”

Para Pischari, el tiempo es “un grande maestro de verdad.”

Lavelle, dice: “el tiempo es la forma màs perfecta del pudor.”

San Pablo de la Cruz trata del silencio como “la llave de oro que conserva el tesoro de la virtud.”

San JUAN DE JESUS MARIA: El silencio tiene cierta afinidad con la contemplaciòn divina y el rapto del alma en cuanto hace tambièn en ella comprender, sin estrèpitos de palabras, cosas superiores a la capacidad del mundo.

El silencio no es la mera ausencia de ruido, es la paz. No es mutismo. El hombre debe callar, no ser mudo. Sòlo la persona puede estar en aquella recogida calma que se llama silencio.



EL SILENCIO COMO FORMA DE COMUNICACION

El silencio no es mudo; lo que es mudo no es silencio. Es una forma de comunicaciòn (en su significado màs profundo, es la comunicaciòn a la segunda potencia); el mudo en cambio, se aisla y nos excluye de toda comunicaciòn.”



EL SILENCIO NO ES ENFERMEDAD

No se trata de un taciturno por temperamento o enfermedad. Se es silencioso por atenciòn, por cocentraciòn, recogimiento, meditaciòn, oraciòn.

El silencio no se resuelve en el mero callarse de los labios. No es ùnicamente exterior, es un hecho de todos nuestros miembros y màs aun de nuestra alma.



EL MAS SUBLIME SILENCIO

Donde hay silencio de palabra, de acciòn, de actitudes, se da el màs sublime silencio. Se le podrà llamar “el silencio del silencio.” Es una expresiòn de un estado interior. Se puede callar y ser todavìa bulloso, de hecho si los labios callan, el ànimo puede estar en el tumulto y, al contrario, se puede hablar y ser silencioso, si las palabras que son pronunciadas son palabras salidas de nuestro silencio interior.

ABBA POEMEN, de los padres del desierto, dice que hay quienes parecen en silencio pero en su corazòn juzgan a los otros: estos hablan continuamente. En cambio, otros tienen necesidad de hablar todo el dìa, desde la mañana hasta la noche, pero en realidad, guardan silencio porque nada dicen que no sea de utilidad espiritual.” ( Apotegma ).



RUIDOS QUE HACEN SILENCIO

No debemos olvidar nunca que “todos los ruidos que nos rodean hacen mucho menos estrèpido que nosotros mismos. El verdadero ruido es el eco que las cosas tienen en nosotros. No es el hablar el que rompe inevitablemente el silencio.

La sede de la palabra de Dios es el silencio, si cuando hablamos, nos limitamos a repetir aquella palabra, no cesamos de callar.”



EL SILENCIO NO ES UN FENOMENO SIMPLE

No existe un sòlo tipo de silencio, sino una pluralidad de silencios. El silencio no es un fenòmeno simple como podrìa inicialmente parecer, sino màs complejo. El silencio, a ejemplo, no tiene una sola forma de expresiòn, un sòlo significado, puede asumir, en efecto, mùltiples significados.

LAVELLE, escribe “Hay un silencio de clausura, un silencio reservado, un silencio de mortificaciòn, un silencio de amenza, un silencio de còlera, un silencio de rencor.

Hay tambièn un silencio de aceptaciòn, un silencio de promesa, un silencio que lleva el peso de todos los recuerdos sin evocar ninguno, un silencio que toma en elecciòn todas las posibilidades sin preferir ninguna.

Hay silencio de pesadez que oprime en tal modo que la màs pequeña palabra que serìa para mi una liberaciòn, es un silencio fràgil del cual temo la ruptura, rige la hostilidad irritada de no encontrar medios suficientemente fuertes para manifestarse, es un silencio de amitad plena, felìz de haber superado todas las palabras y haberlas dejado inùtiles.



Silencio de admiraciòn y de desprecio

Hay un silencio de admiraciòn y uno de desprecio, hace sentir la presencia del cuerpo como una carga que no se puEde llevar; otras veces en cambio, parece abolirlo, como si se hubiera convertido en un espìritu puro.

Existe un silenio que tiene algo de divino, pero tambièn un silencio que viene del demonio. Existe el silencio inautèntico asì como existe la palabra inautèntica.



GANDHI, dice: “El silencio inspirado por el pànico no es silencio.” “Sòlo en el silencio nos preparamos para la realizaciòn personal.”



San GREGORIO MAGNO, dice que existe un “silencio rumoroso” que es el silencio de odio, de envidia, que es desesperaciòn. Los taciturnos cuando ven los males de los otros, y se quedan silenciosos, son como aquellos que ven las heridas y no las quiren curar; se hace responsable de la muerte, porque no quiere echar fuera el veneno, que habrìa podido curar con sus palabras. Si el mucho silencio no fuera una culpa, el profeta no dirìa: “Ay de mì, porque he callado.”

Quien ama el silencio, ama tambièn la palabra esencial. El sabe que “la palabra màs bella no expresa el silencio, lo vuelve insensible...las palabras màs bellas son las voces del silencio como el “icerberg” sobre el agua, si se acaba se pierde el ligamen; asì con el silencio, es “lo esencial de toda palabra.

4 comentarios:

  1. Querido hermano, me hiciste recordar a Rabindranath Tagore cuando escribió:

    "El silencio lleva en sí tu voz,
    como el nido la música de
    sus pájaros dormidos".

    Un abrazo fraterno.

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  2. Ni me atrevo a decir nada. Este blog lleva consigo el estar en ambiente silencioso. ¡Una maravilla! No he podido resistirme a recomendarlo en el mío , así que el miércoles si D.q. lo pongo en un post. Muchos tienen que beneficiarse de esta ayuda espiritual. Gracias

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  3. Gracias me ha ayudado mucho mil gracias que Dios le page unidos en oración

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  4. Mil gracias.

    Que el Señor les de su amor, su gracias y les bendiga siempre.

    ¡Precioso blog!

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