sábado, 21 de mayo de 2011

Palabras de Aliento









PENSAMIENTOS INDIGNOS DE DIOS

Es justo que nunca representemos a Dios como un ser duro. Le llamamos misericordioso, bueno y amable, pero a veces en el fondo del corazón pensamos que Él es difícil. De aquí provienen la mayoría de las inquietudes espirituales de las almas buenas.



Dios se duele de este falso concepto que tenemos de Él. Nos imaginamos como si fuera insensible, exigente y dispuesto a reclamar todo cuanto pueda de nosotros sin otorgarnos nada en retorno equivalente y tememos incluso que nos sobrevenga una desgracia y que la desventura caiga sobre nosotros si no llegamos a tenerle contento. Es este un concepto erróneo del Señor.



Dios me ha dado pruebas manifiestas de su infinito amor y continuará dándomelas. No me ama hoy para odiarme mañana. Deja de ser, como los hombres, caprichoso e inconstante. Ante todo reclama que le correspondamos. Así, cuando le ame, la dicha y el entusiasmo por lo divino llenarán enteramente mi vida.



A menudo nos decimos: No tengo más que un talento, otros en cambio tienen cinco. Enterraré el mío, y así no correré riesgos. He de tener en cuenta, no obstante, que el carácter y el temperamento de cada uno, desde toda la eternidad, han estado combinados de tal suerte, que el uno se adapte al otro y se identificasen con nuestra vida. Es preciso no desconocer que lo que caracteriza a otro no me convendría a mí, y que no será juicioso anhelar lo que otros poseen mientras diseño lo que me es propio.



No digas nunca: A juzgar por mis talentos, es bien notorio que Dios no me ama mucho; es evidente que no espera gran cosa de mí – Piensa, en cambio, y a menudo, que Dios desea ardientemente nuestro amor.



Pide, ruega, suplica insistentemente las gracias divinas y no dudes que las obtendrás.



BASTA DE LAMENTOS

Ante la leche derramada nada se puede hacer. Basta de lamentaciones. No te apesadumbres por las faltas y errores pasadas. Deja tranquilo tales ingratitudes, abandónate en las manos de Dios. Haz cuanto antes un acto de amor. Luego, no pienses más en ello.



¡Cuántas veces la depresión causada por el pecado es peor, y mantiene al alma que la sufre más alejada de Dios que el mismo pecado!



No pierdas el tiempo en un desaliento inútil, antes bien levántate y corre a Dios. Aproxímate a Él, no te mantengas alejado, cabizbajo.



Atiende a los que están diciendo. Hay personas que tienen siempre ojo abierto al pasado y otro hacia el futuro, en vez de tener los dos ojos fijos en el presente. No malogres tu tiempo, insisto, en lamentaciones acerca del pasado, o en adivinar el porvenir. La gracia te favorecerá para hacer frente a las dificultades de hoy. ¡Cuán pocos será aquellos que saldrán airosos de su tarea proponiéndose solamente desarrollar sus capacidades de concentración! Lo que impide este desarrollo es la incensante preocupación que sentimos con respecto o de cara al futuro. Dejemos el mañana en las manos de Dios.



PENSEMOS BIEN DE DIOS

Piensa acerca de Dios con benevolencia. Abriga respecto a Él, en tu sentido íntimo, una buena opinión. Dios está deseoso de que pensemos bien de Él, que nos confiemos a Él y que lo hagamos todo por amor. Nunca vayas a creer que no es fácil el perdón. Cuanto más íntima es una amistad humana, menos se teme que una palabra deslizada al azar puede enfriarla. Nuestros amigos no se alejan de nosotros para siempre cuando llegamos a herirles con alguna palabra o algún acto sin importancia.



Ten presente sobe todo que Dios no habita en las tinieblas, ni en la melancolía, ni en el abatimiento, ni en la depresión. Si alguien o algo te acongoja, no te lamentes; ejercítate en actos de esperanza y amor. La depresión no puede venir jamás de Dios; ni tampoco, por descontento, cualquier pensamiento que tienda a hacernos gravosa su servicio.



Ten siempre una opinión elevada y serena de tu Señor y Maestro.



LA SANTIDAD CONSISTE EN HACER LA VOLUNTAD DE DIOS

Nada impide tanto el progreso espiritual como el oponernos a la voluntad de Dios y nada más santo que cumplirla.

La sumisión completa es de una importancia suma. Así, pues, hay que estar siempre dispuestos a hacer cualquier cosa que Dios pretenda de nosotros cuando y como Él nos lo pida.



Tu programa sea servir a Dio por puro amor y no con fines interesados. Mi mejor petición no pude ser otra que esta:



Para mañana y sus cuidados

nada te pido, oh Señor!

Guárdame, sin embargo, guíame y ámame

sólo en el día de hoy.



LA ENERGÍA ESPIRITUAL

El santo Job dijo que la vida del hombre sobre la tierra es un continuo combate, una incesante lucha. No podemos esperar vernos libres de tentaciones o de dudas.



“Todos corren, pero no todos consigue el premio. Aquel que quiera obtener una corona inmarcesible debe abstenerse de muchas cosas”. Corintio era una ciudad renombrada por sus bellezas, su arte, su lujo…y su libertinaje. Eran famosos los juegos públicos. Por eso el Apóstol compara la vida espiritual a los juegos, a una carrera. Es un símbolo de la vida espiritual, la cual impone también ejercicio y esfuerzo, y llega no pocas veces h asta el agotamiento…



El Santo Cura de Ars, cuando se la hablaba de su santidad, decía: -“Sólo hago una cosa: no quejarme de mi pena. No se refiere a la pena en el sentido de congoja, sino en el del trabajo, de fatiga.



Estamos inclinados a la pereza y nada nos agrada tanto como no hacer absolutamente nada. Es más fácil abrir las ventanas de la disipación.



Un soldado en compañía no se asombra de verse herido o de sentirse agotado por la fatiga. “Cada día lleva consigo su trabajo”. Si tengo un mal carácter, no me faltará tarea para muchos años. Si murmuro o molesto con agudezas mordaces, ahí tengo campo abierto para ejercitarme para mis combates y para las victorias. Soy soldadote Cristo.



En una vida escondida, aparentemente monótona, sin gloria, puede haber más paz, alegría y verdadero gozo, que en la vida de una persona rodeada de lujos, de todas las satisfacciones, del amor y de la admiración de cuantos se hallan a su derredor.



CON SAN PABLO CASTIGO MI CUERPO

San Pablo dice: Castigaré mi cuerpo y lo reduciré a servidumbre, no vaya a suceder que, habiendo predicado a otros, sea yo reprobado.



En tiempos antiguos en que se practicaban grandes austeridades, no se conocía qué cosa eran los nervios. Son producto de nuestro tiempo. Dominara los nervios: he aquí las austeridades que debemos practicar hoy.



SOPÓRTATE A TI MISMO

Soporta tus depresiones, tus tristezas, tu manera de ser, tus cambios. Soportarse a si mismo es el gran acto de virtud. Muchas debilidades provienen del hecho de que las depresiones nerviosas son a menudo tratadas como un reequilibrio del alma. Hay una expresión corriente entre los jóvenes: “No valemos nada”. No perder la paciencia consigo mismo cuando no se vale nada, es una gran virtud.



La peor manifestación de los nervios es la depresión. En este estado se cree haber perdido la fe, la esperanza, la caridad, todo. Es una dura prueba. Santa Teresa dijo: Lo peor de la enfermedad es que debilita de tal manera que no permite fijar el pensamiento en Dios. Pero esto no acarrea consecuencias; lo que cuenta e importantes que se piense en dios, sino que se obre por Dios. No alcanzamos a soportar dolores pero son la ocasión más oportuna de ganar méritos para el cielo.



SOPORTAR A LOS OTROS

La mayoría d nosotros tenemos que soportar las debilidades de los demás. Generalmente es la contrapartida de lo que el prójimo tiene que sufrirnos a nosotros, dando lugar a que ello resulte cosa dura para todos. La omnisciencia no es la característica de las personas con las que convivimos. Quizá sean excelentes y obren con la mejor intención, pero cometen sus faltas o pueden hacer juicios excesivamente rigurosos. Pidamos a Dios que nos dé paciencia para soportarnos a nosotros mismos y a los demás, así decía San Francisco de Sales: “Es necesario tener paciencia con todo el mundo, pero en primer lugar con nosotros mismos”.



ES NECESARIO CARGAR LA CRUZ

En este mundo es necesario llegar la cruz en seguimiento a Cristo. La diferencia entre el placer y la pena estriba en el hecho de que tengamos o no nuestra mano apoyada en el de Dios. La mismo mortificación puede resultar una dicha.



El Arcángel Gabriel dijo a María: “El Señor es contigo”. También nosotros cada vez que recitamos el Ave María, deberíamos proponernos pedir al Señor que esté con nosotros. Haz la prueba, pero amando a Dios. Piensa que Él nos quiere a todos santos; si no lo somos es sólo por nuestra culpa, pero cuidado con el desánimo de que estamos tratando. Deberíamos perseverar pidiéndole que no se separe de nosotros a pesar de que estemos envueltos en tinieblas y caídos por nuestros desalientos.



Las molestias que experimentamos, Él las ha sufrido también. Por ejemplo, la monotonía. “Cuántos años pasó de carpintero sin si siquiera llegar a ser ebanista! Todo lo que hizo, lo realizaba con la esperanza de que lo imitáramos.



Lleva, pues, alegremente la carga de la vida, y estarás ya a mitad del camino de la santidad. Si Dios nos trata como ha tratado a María o a su divino Hijo, debemos sentirnos satisfechos por tal merced. La salud, la riqueza, el éxito no han sido nunca los mejores dones; rara vez obsequia con ellos a sus mejores amigos.



A menudo decimos: “Querría sentirme mejor situado en la vida, ser portento, tener riquezas, en una palabras, más talentos. ¿Abrigas la seguridad de que esto sería un bien para ti? De ser así, ten por seguro de que te habrían sido dados estos bines cuya posesión tanto ansías. No olvides que Nuestro Señor está como preocupado de saber por qué medios podrá ayudarte a amarle mejor.



Si encuentras la vida penosa, díselo a Él. Si te parece difícil ser bueno, si no aciertas a rezar en absoluto y sientes pena de ello, confíate a Él: Ahí tienes tu oración.

Si pruebas de hacer todas estas cosas por tus propias fuerzas, no triunfarás jamás; pero si pasas la vida asido de la mano de Dios, el Amor te hará todo fácil.



CONFIANZA EN DIOS

Creemos que un viaje empezado de esta manera había de resultar completamente felíz; ¿acaso no lo emprendían por orden del mismo Señor? Los discípulos se embarcaron y empezaron un viaje para cumplir la voluntad de Dios: Indudablemente será aquel un viaje felíz. Y, sin embargo, no fue así.



Súbitamente sopla un viento opuesto, hay que luchar contra toda clase de dificultades, mientras la barca ya en alta mar es abatida por las olas y por el viento contrario (Mt 14, 24).

El mar estaba enfurecido, el viento rugía con violencia, la pequeña barca se tambaleaba. “Y Jesús no estaba allí para salvarles?”



Sin embargo, el Señor estaba con ellos; pero era su querer que tuvieran que luchar con aquellas dificultades. Así mismo debemos nosotros experimentar penas en tu servicio precisamente cuando cumplimos más fielmente la voluntad divina.



El divino Maestro permitía que sus apóstoles fuesen probados por la tribulación a fin de hacer resplandecer con qué amor tan vigilante cuidaba de ellos. Igualmente permite que las pruebas nos hieran para que suspiremos junto a Él, pensemos en Él, hacia el Él nos volvamos, a Él nos confiemos y le llamemos en nuestro socorro.



Lejos de acobardarnos, debemos redoblar nuestros esfuerzos en su servicio, trabajando sin temor alguno ante cualquier fracaso que las olas o los vientos de la vida pudieran determinar, puesto que Él ve, conoce y sabe el momento en que nos ha de prestar su auxilio. No temas. Él acudirá pronto.



“Y en la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar. Viéndole ellos andar sobre las aguas, se turbaron y se decía: Es un fantasma y de miedo comenzaron a gritar. Pero al instante es habló diciendo: Tened confianza, soy Yo, no temáis” (Mt 14, 24---27).



En momentos de turbación le llamamos y Él nos responde en el fondo de nuestros corazones. Con frecuencia, a través de la misma tribulación que nos o escondía, viene y nos dice: Ten confianza, soy Yo, no temas.



Pedro avanza ansiosamente hacía Jesús, mientras no mira más que a Él; pero al fijarse en las olas o en sí mismo, se hunde. Mira tú solamente a Jesús y olvida tu peligro.

Asustado Pedro, grita: Señor, sálvame. Jesús tiende la mano y le dice: Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?

Jesús y Pedro entran en la barca; el viento se aquieta y la calma reina a su alrededor. Entonces los apóstoles adoran a Jesús diciendo: Verdaderamente eres el Hijo de Dios.



LA PROVIDENCIA DIVINA

“Mi destino está en tus manos (Salmo 21, 16). Supongamos que Dios, nos dice: Conozco lo que vale tu alma, confío en ti y dejo a tu arbitrio el elegir los medios más conducentes a tu salvación.



Que se nos presente las riquezas y la pobreza, la enfermedad y la salud, los éxitos y los fracasos, larga vida o corta, hasta el punto de poner en tus manos la elección de lo que pareciere mejor.



¿Nos sentiríamos satisfechos? Creo que no. Diríamos mejor: Señor no dejes en mis manos elegir, puesto que no sé o que me conviene.



Todavía más, ni siquiera aceptaría que mi ángel custodio o santos patronos fueran mi seguridad, porque sólo espero que la infinita sabiduría y misericordia de Dios, que e dará los medios para alcanzar mi eterna salvación.



DIOS NOS DA EL DISEÑO DE AMARLE

Creemos que la santificación es sólo un esfuerzo personal. Es, sin embargo, un don de Dios. Él nos da el deseo de amarle. La dejadez, la pobreza, la degradación son consecuencias del pecado original.



Ahora siento vivos deseos de amarle, pero soy incapaz de hacerlo, pero Él me otorga esa gracia. En un instante, Dios puede transformar el corazón más depravado en un corazón henchido de amor a Él.



Muchas veces creemos que es muy difícil tener a Dios contento. Dudamos que su muerte fue por ese amor eterno que me tiene. Lo que me pide es corresponderle a su gracia.

Una petición grande s pedirle al Señor que viva en mi corazón, que sea su morada para siempre.



LA ALEGRÍA SIEMPRE CONDUCE A DIOS

Alegraos siempre en el Señor, os lo repite, alegraos, nos dice San Pablo. La alegría siempre nos conduce a Dios; nunca nos aleja. El mundo cae en el error de considerar la piedad como ligado de algún modo con la tristeza. Así como la risa resulta saludable para el cuerpo, también la alegría bienhechora para el alma.



Alguien podrá argüir que Cristo no había reído jamás… Pero vale más la tradición que nos dice que el divino Maestro era amado y seguido por las muchedumbres.



En cada uno de nosotros está que nuestra relación con Dios resulte lo más dulce posible. Mi yugo es suave y mi carga ligera. Venid a Mí y Yo os aliviaré.



PACIENCIA Y PERSEVERANCIA

Uno de los mayores errores de nuestra vida espiritual es no darnos cuenta de que nos falta preparación. ¡Cuán impacientes nos sentimos por ser mejores, por ser santos!



El secreto del éxito en la enseñanza depende, por lo menos, en un cincuenta por ciento, de la repetición. Y, sin embargo, a nadie le gusta repetir; no resulta simpática esta piedra de amolar, que es la Gramática, porque el alumno las más de las veces cree poder prescindir de que se le vayan repitiendo unos mismos conceptos.



En nuestra vida espiritual omitimos las declinaciones, los géneros, los verbos y la sintaxis. Queremos entrar en íntimas relaciones con Dios, esperamos prolongar nuestra oración sin distracciones, deseamos adentrarnos en los secretos divinos sin antes saber deletrear.



Los amigos de Dios son ante todo humildes. Tenemos necesidad de asentar bien los fundamentos, de ejercitarnos. Nuestra preparación es insuficiente para recibir las inspiraciones del Espíritu Santo. Y siendo esta nuestra manera de proceder, ¿cómo nos asombramos de no ser mejores? ¡Cuánto nos diferenciamos de los santos que siempre dan gracias a Dios de no ser peores?



Si verdaderamente adelantas en la vida espiritual, creerás con seguridad que retrocedes. Si penetrar en una habitación oscura, es imposible que puedas ver el polvo y desaliño que la llenan, pero entreabre tan solo una ala de la ventana y te darías cuenta en seguida del polvo que llena la estancia. Cuanto más dejes penetrar la luz, más notarás el desaliño. Lo mismo ocurre con la luz de Dios: cuanto más pidamos al Espíritu Santo que ilumine nuestras almas, más patentes se nos harían nuestras faltas.



Luz, tres veces bendita,

Asaeta con tus rayos lo más vivo de los corazones

Que con fe por Ti suspiran.



Cuando allá en los años floridos de la juventud vivías siendo juguete de los sentidos, ¿carecías acaso de defectos? Cualquier otro, en cambio, según tú, adolecía de ellos. Te decías: “Fulano es un egoísta, tan pedante, tan apoco caritativo!” Sé más perfecto y verás mejores a los demás.



Dios no juzgó excesiva la espera de miles de años para preparar el mundo al advenimiento de su Divino Hijo. San Juan decía a sus discípulos: El hacha está puesta a la raíz del árbol…Asestemos, pues, el golpe hasta la raíz de los defectos que nos tienen alejados de Dios nuestro Señor.



Ni la lectura de los libros piadosos, ni el recitar largas oraciones, ni la ciencia de los conocimientos elevados son los auxiliares que introducen a Jesús en nuestros corazones. Lo que nos da su posesión es el amor, el deseo de vivir de Él, el esfuerzo real que nos cuesta el clavar el hacha en la raíz de un defecto.



Sabes perfectamente de que Dios ama y lo que detesta; si quieres poseerlo, no repares en el precio. Pidamos al Señor la gracia de poder conocer cuales son los defectos cuya enmienda debemos intentar y realizar, siempre con el fin de darle digna morada en nuestros corazones.



DESCONFIANZA Y GENEROSIDAD

¿He aprovechado plenamente la gracia que Dios me otorga? ¿Tengo razones para darme cuenta que Dios quiere que mi vida sea mejor que la que he llevado hasta ahora? ¿Quiere Él venir a mi corazón? ¿No será presunción o, mejor, puro sentimentalismo pensar que Nuestro Señor quiere verdaderamente hace suyo mi corazón? Para no poner inquiete a nadie, me apresuro a aclarar que, al hablar de los llamamientos divinos, no es mi intento, en manera alguna, referirme a un llamamiento a la vida religiosa.



Una impresión de azorada inquietud, de descontento espiritual de no haber hallado aún realmente aquel “algo” que puede llenar mi vida: la sensación de vacío, la falacia del mundo…todas estas preocupaciones del demonio. ¿Es razón de que desearíamos nosotros turbar las aguas tranquilas de nuestra alma? Luego son aldabadas de Dios.



Si estos pensamientos arraigan en mi mente, son un indicio cierto de que Dios pide más de mí, que quiere atraerme más hacia Él a fin de que proceda mejor.



VOCACIÓN DE LOS APÓSTOLES

Dios emplea procedimientos muy diversos para llamar, según las personas. San Andrés y San Juan seguían a Juan Bautista que iba diciendo: He aquí el Cordero de Dios. Luego, estos dos discípulos se encaminaron hacia Jesús, preguntándole dónde se alojaba. El Señor les contestó: Venid y lo veréis. Le siguieron, permanecieron con Él toda la noche y a la mañana siguiente: Hemos encontrado al Mesías.



San Pedro fue llamado mientras remendaba sus redes. El joven rico preguntó: Buen Maestro, ¿qué debo hacer para ganar la vida eterna? Guardar los mandamientos. Ya lo hago, entonces Jesús mirándolo le amó. Así, pues, si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y el producto dáselo a los pobres; después ven y sígueme. El evangelista nos refiere que el joven se marchó sumamente triste porque poseía muchos bienes.



Nuestro divino Salvador llama a cada uno convoz distinta. Nos dice: Quiero disfrutar muy especialmente de tu amistad; es mi deseo que rompamos todo lo que se opone a tu dignidad. Te quiero perfecto, dispuesto a venderlo todo por seguirme. Sin que deba entenderse venderlo todo en el sentido literal de la palabra.



Jesús nos dice: Si quieres ser perfecto, debes proceder de tal suerte que nada se interponga entre tú y Yo. No debe existir restricción alguna, asidero alguno deliberado que se oponga a mi voluntad.



El tipo modelo es elevado, muy encumbrado, pero fíjate en que las palabras son éstas: Si quieres ser perfecto. Hay en mi corazón algo que me aparte de Nuestro Señor? ¿Qué es lo que me roa la verdadera paz del alma? ¿Me desvivo apasionadamente por la alabanza ajena? ¿Concedo un valor excesivo al afecto de los demás?



¿Cuántos hay entre nosotros que oyen la voz de Dios hasta el punto de resultarles un verdadero asedio y, sin embargo, no quieren darse por vencidos!



¿No he sido acaso muy mezquino en mi ofrecimiento? ¿Me siento verdaderamente dichoso, plenamente satisfecho de mi mismo? Dios me pregunta: ¿Estás dispuesto a darme todo lo que Yo quiera? ¿A satisfacer mi gusto en aquello que Yo te pida? Entonces, “ven y sígueme”.



Él, que ha formado nuestros corazones, sabe la manera de atraérselos. La avaricia es el elemento de Satanás; la liberalidad, en cambio, es el elemento de Dios; y la más íntima alegría, pertenecer al grupo de sus servidores. Nos quiere muy junto a Él, porque estarle muy cerca constituye la verdadera felicidad. Quiere que renunciemos a todo egoísmo, que pensemos más en los otros, mucha más en Él. Quiere que le amemos y ayudemos a los demás a amarlo.



¿No es digno acaso de que le sigas? Suplícale que te deje oír su llamamiento con tanta claridad, que te sea imposible desentenderle y, luego, sé lo suficientemente generoso para estar contento, más aún, ansioso de seguirle dondequiera pretenda conducirte.



SEÑOR, UE QUIERES QUE HAGA?

Si decimos esto desde el fondo de nuestro corazón, Dios no nos negará nunca una respuesta. No lo decimos con perfecta sinceridad porque ni estamos decididos a hacer sin reservas todo lo que nos puede pedir. No hay que temer jamás; si realmente queremos complacer a Dios, haremos cuanto nos pida.



Todos incurrimos en faltas. Nuestro deber estriba en tratara de sacar provecho de ellas. Interrogado Santo Tomás sobre cuál era el medio más corto para agradar a Dios, respondió: “Quererlo”. Si queremos vencer el orgullo, la obstinación, la pereza, lo lograremos sin duda.



Supongamos que en el pasado ha sido vanidoso, egoísta. Si quiero vencer estos defectos en adelante, puede hacerlo. No todos podemos figurar en le lista de los poderosos, ni de la aristocracia.



Nos acostumbramos a considerar el amor de Dios un poco como el Monte – Blanco: nieves eternas bañadas por el sol, radiantes, magníficas, prodigiosas pero inaccesibles, inabordables. Y, sin embargo, Dios a cada hora, en cada instante, intenta aproximarnos más a Él, mientras que nosotros miramos de apartarnos.



Señor, qué quieres que haga? Primero que sepas estar contento con su suerte, ni más inteligente, ni más agraciado. ¿Quién es el responsable de cada detalle de tu vida? Dios. El estar descontento de ti mismo es, en frase llana, rebelarse contra su voluntad.



UNA PERSONA HUMILDE PUEDE SER UN SANTO

Si encontramos un alma que, sintiéndose humilde, esté absolutamente satisfecha en su vida, se trataría en verdad de un santo. Tomemos por regla fija el estar siempre contentos. ¡Cuán saludablemente influiría esta disposición sobre nuestra existencia! No censuraremos nunca a Dios porque hayas de vivir tu vida con lluvia o buen tiempo, con salud o enfermedad, con riqueza o pobreza.



EN LO ESPIRITUAL: ¿Debes estar impaciente porque no adelantas en la virtud? Incluso tu progreso espiritual deberías abandonarlo en las manos de Dios.



Has de alegrarte de tu estado espiritual. Si Dios no quiere que avances más rápidamente, no te apures. El no anhelar que seamos santos en un día, quiere que la virtud crezca. Proceder según la gracia significa ejecutar con facilidad las cosas que se presentan en nuestro camino hacia la eternidad: hacerlas bien y humildemente, porque ésta es su voluntad. Así llegaremos a ser santos.



JESÚS CURA AL INVÁLIDO DE 38 AÑOS

En el capítulo 5º San Juan nos cuenta como Jesús sanó al hombre que yacía cerca de la piscina en espera de ser el primero en descender al agua después que el Ángel la hubiese agitado. Cuando pensamos en años que hemos vivido y en lo poco que hemos hecho, ¿no podemos compararnos exactamente a esta pobre hombre? Pasan los años y no llega nunca a ser el primero en alcanzar el agua; lanzo un suspiro y espero mejor suerte de cara a la próxima vez.



Nos hacemos sordos. Creemos imposible llevarnos a la piscina de las gracias de Dios. Lo mismo da quedarse tendido aquí. Otros llegan siempre primeros. Soy demasiado perezoso, demasiado pesado para probarlo. Tengo poca fe en el amor de Dios para conmigo y dudo acerca del interés que siente por mí.



Sin embargo, debería exclamar: A pesar de todo, no es tan difícil amar a Dios. Habiendo dado por mí su vida, no será poco lo que me amas ahora. Si ningún pensamiento puede pasar por mi mente sin que antes haya pasado por la mente de Dios, ¿no es una prueba de que se preocupa de mí?



El remordimiento es el reproche de amante que no ha obtenido más confianza. Sólo una persona puede enseñarnos el amor a Dios: el mismo Dios.



Si no crees a Dios digno de ser amado, no puedes amarle. La Religión es esto: el servicio de Dios, el amor a Dios. Nadie existe tan agradable como Dios, tan digno de ser amado y tan fácil de contentar. Si te lo imaginas altanero, a distancia inabordable, le revistes de unas notas nada atrayentes y, por consiguiente, no puedes amarlo.



El espíritu infernal es quien te sugiere que no eres digno de su servicio, porque eres cobarde; te ha ofrecido una ocasión de mortificarte y la has rehusado. Te sientes fatigado de obrar el bien; no perteneces al número de la élite de los llamados al amor divino. Así tiende a presentarnos a nuestro divino Maestro duro, difícil de contentar; quiere hacernos creer que deberíamos vivir constantemente como en los días risueños de nuestra existencia. ¡Cuánto diferimos de los apóstoles, siempre tan a gusto en su compañía!



¿Cuál será, pues, nuestro talismán para el porvenir? Será tener una idea verdadera de Dios nuestro Señor. No le juzguemos exigente, duro, fastidioso, sino generoso, condescendiente, siempre deseoso de perdonara y hallando en nosotros más motivos de compasión que de censura.



Pide a nuestro Señor que te ayude a conocerle, porque conocerle es amarle.



Año tras año hemos sido remisos en el servicio de Dios; año tras año nos hemos hecho sordos a sus continuos llamamientos para hacernos mejores. ¿No esperamos acaso el movimiento de las aguas? Cuando Dios manda a su Ángel a remover el agua de la piscina de nuestra alma, que debería ser, aún cuando no lo es siempre, un espejo donde Él pudiera contemplarse, ¿no deberíamos prestarle oídos? Por el contrario no decimos frecuentemente: Es inútil que intente llegar hasta la piscina de las gracias de Dios. Lo mismo da quedarse tendido aquí. Otros llegan primeros. Soy demasiado perezoso, demasiado pesado para probarlo. Tengo poca fe en el amor de Dios para conmigo y dudo acerca de su interés que siente por mí.







Lo anterior lo resumimos en 25 pensamientos:



1- Nunca te representes a Dios como un juez duro. Él no es difícil. Es un Padre tierno que no ama hoy para odiar mañana.



2- Él no es un padre insensible, ni caprichoso ni inconstante por eso nos pide amor, correspondencia.



3- No digas: yo tengo un talento y otros tienen hasta cinco. Desde la eternidad, Dios te quiso así, un talento te lo dio para combinarlo con tu prójimo y complementarlos para tu mismo bien.



4- Basta de lamentos: ante la leche derramada, nada se puede hacer. Las faltas y errores del pasado, déjalas en manos de Dios. Vive en un continuo acto de amor.



5- Muchas veces la depresión de los pecados de la vida pasada, mantienen al alma más alejada de Dios que el mismo pecado.



6- No pierdas el tiempo en desalientos inútiles, levántate y agárrate de Dios. No tengas un ojo en el pasado y otro en el futuro, ten los dos ojos en el presente.



7- Lo más fácil para Dios es el perdón. Es su oficio. Él no habita en las tinieblas, ni es la melancolía, ni en el abatimiento o depresión.



8- Que tu concepto de Dios sea cada día más elevado y sereno, “porque eterna es su misericordia”…mejor cuídate de estar listo a lo que te pide, cuándo y cómo lo desea.



9- Imita la moral del soldado: siempre dispuesto al heroísmo, hasta dar la vida. nada de leyes del menor esfuerzo, de querer no hacer nada.



10- El Santo Cura de Ars hablando de santidad decía: sólo hago una cosa, el no quejarme de mis trabajos y fatigas.



11- Una vida escondida y aparentemente, muy monótona, sin gloria, es casi siempre más meritoria y dichosa que todos los oficios, placeres y lujos del mundo.



12- Dominar los nervios, debe ser nuestro gran propósito. En la antigüedad practicaban grandes austeridades, por eso no conocían la depresión, producto de nuestros tiempos.



13- Sé valiente ante la tristeza, depresión, cambio de humor, que es dónde debe trabajar la virtud. No digas: “yo no valgo nada”.



14- Soporta a los demás, así te soportarán también a ti. San Francisco de Sales decía que es necesario tener paciencia con todos y en primer lugar consigo mismo.



15- Imitemos la serenidad de Jesús en casi toda su vida, pasada en el taller de San José con el humilde trabajo, sin llegar a ser un ebanista. Pensaba en que muchos lo imitarían.



16- Si llevas con amor la carga de tu vida, ya estás en a mitad del camino de la santidad.



17- La salud, la riqueza, la inteligencia, nunca han sido los mejores dones de Dios. Los santos tenían la enfermedad como un don de Dios para alcanzar la santidad.



18- San Pedro mientras miró a Jesús sobre las aguas, caminaba seguro, pero apenas se miró a sí mismo y a las fuerzas de la naturaleza, empezó a hundirse.



19- La santificación no es sólo un esfuerzo personal, es ante todo, un don de Dios.



20- La alegría siempre conduce a Dios, nunca nos aleja. Algunos confunden la santidad con la tristeza. El sonreír da salud al cuerpo y al alma.



21- No te impacientes por tener que hacer las mismas cosas. Los grandes genios son producto de la constante repetición.



22- Si quieres aprender a orar y ser un santo, empieza por deletrear la ciencia de la perfección, como los niños.



23- Te debes sentir como el más felíz del mundo por haber conocido a Cristo, poderle seguir y estar con Él.



24- Santo Tomás dice que el medio más corto para agradar a Dios, es quererlo. Vive contento con la suerte, querer de verdad.



25- Una persona humilde y satisfecha en el servicio de Dios es un santo, ha descubierto el amor de Dios.



LAS DISTRACCIONES – (En adelante sigo el libro en meros pensamientos)



1) -Una distracción consiste en apartar voluntariamente el pensamiento de Dios cuando estamos en su presencia.

2) – Si al conversar con una persona miro por la ventana a los que pasan, falto a la educación e incurro en una grosería que ninguno permite jamás.



3) – Si es una falta no atender al amigo, ¿qué no será si se trata del mismo Dios?



4) – Cuando rezas, ¿qué haces bien hecho? –Nada, mi oración no es otra cosa que una distracción continua.



5) – ¿Cómo puedo pensar que amo a Dios, cuando leo un libro o hablo con un amigo, mi atención no va a la deriva de ese modo?.



6) – Conversar con Dios es más difícil que leer un libro o hablarle a un amigo, porque al no ver al interlocutor, la función de los sentidos no viene en tu ayuda, ni percibes su voz que te responda.



7) – La oración no produce sus frutos si deliberadamente apartas tu pensamiento de la presencia de Dios para fijarla en otros objetos.



8) – Muchas veces parece como si nos halláramos en medio de un torbellino de pensamientos inoportunos que no logramos ahuyentar!



9) – La gran mayoría de las distracciones no son tales. Son las que nos podrían hacer culpables a los ojos de Dios. Cree que Él no las tiene en cuenta para nada!



10) - Es muy lamentable que esta trampa del demonio desconociera a muchos, por otra parte respetables y sensatos.





11) - ¡Cuán útil nos sería comprender el poco dominio que llegamos a tener sobre nuestros pensamientos!



12) - Tienes una gran pena, un agravio, un infortunio...Pues bien, te desafío a apartar la idea. Las distracciones no deben asustarnos.



13) - Las distracciones se imponen. Serás lo mismo dentro de una capilla que fuera de ella. No te imagines que el Señor esté descontento porque no puedes sujetar a tu voluntad los vuelos y revuelos de tu espíritu.



14) - Puedes decir con sencillez: -Señor, esto soy yo, ven en mi ayuda. No puedes desanimarte porque el diablo está esperando esta ocasión para su victoria.



15) - No hagas de tus distracciones materia de examen, a menos que estés seguro de que hayan sido voluntarias.



16) - Todo lo que nos aparta de Dios le desagrada; pero las distracciones, en si, no impiden nuestra unión con El.



17) - Ten por seguro, puesto que entra en tu alma por la Sagrada Comunión, que Jesús desea conocer tus pensamientos antes de otorgarle sus gracias.



18) - ¿Juzgarás acaso, que esta Comunión va a ser inoperante porque estas bajo el golpe de una gran prueba o bajo la impresión de una reciente injusticia? Nada de eso. Dios no está ofendido. Mientras perdura tu intención de servirle, tu oración persiste. Todo lo que hagas es una prueba de tu amor.



PROGRESO ESPIRITUAL



19) -Dios deposita en la tierra de nuestro corazón una bellota de humildad, y será necesario que transcurra mucho tiempo antes de que llegue a ser una robusta encina.



20) - Nuestra naturaleza se desarrolla sólo gradualmente. Ser fiel a la gracia, significa hacer primero lo que es fácil, paulatinamente, día tras día.



21) - No tienes que volcar la sal en la sopa, ni prender fuego que dure. Esto es más bien del demonio. El camino es hacer poco, hacerlo humildemente y Dios te ayudará para pasar de las cosas pequeñas a las grandes.



22) - Ojo! Dios es tan generoso que quiere que nuestro amor para con El sobrepase en magnitud nuestro mismo deseo.



23) - Un niño ignora el valor de las joyas. A sus ojos son como otros guijarros cualesquiera. Nos hace falta conocimiento de la materia para ser capaces de apreciarlas adecuadamente.



24) - Llevas años creyendo que intentas obtener ciertas gracias. ¿Estás seguro de que las aprecias en su justo valor, tanto como dices?



25) - ¿Tengo vivo el sentido de los dones de Dios: aquel intenso deseo de los dones que me facilitarán la práctica de las virtudes, la presencia de Dios, la oración?



26) - Si Dios no nos otorga los dones que le pedimos, la mayoría de las veces es porque no estamos aún preparados para recibirlos.



27) - Nos equivocamos creyendo que el Señor hace una elección al distribuir las virtudes. Pero es evidente que Él pretende hacernos santos a todos.



28) - Lo que Dios solicita de nosotros es mucho más amor. A lo mejor piensas: -No le amo más pues no soy del gremio de los elegidos. Esto es hablar inconsideradamente.



29) - ¿Por que no estoy más cerca de Dios? ¿Por que no cuento con tantos auxilios como los demás parecen tener? ¡No soy más que una infeliz criatura!



30) - Dios sumamente bondadoso me deja de lado, y no haré más que ir da acá para allá hasta el fin de la carrera. Es un error pensar así. Nuestro Señor ha dado su vida por ti.

31) - Si Dios no ha perdonado a su propio Hijo, como no nos concederá, con Él, las demás cosas?



32) - Debemos admitir que hemos comenzado la obra de la perfección con un fondo restringido de luces y recursos. Acepta esta gracia como te la ha dispensado Dios y luego hará seguir otras.



33) - Dios se complace en dispensar a cada uno lo que necesita. No tiene más que una idea en perspectiva, darnos su amor, y esto constituye su mayor goce.



34) - Jamás vayamos a Dios con indiferencia, diciendo: -Si en el día de hoy, Señor, me habéis reservado algún favor, lo acepto de vuestra mano sin hacer de el gran caso.



35) - Cobremos ánimo en la certeza de que amamos a Dios cada vez un poco más.



36) - De la misma suerte que al acercarnos al fuego notamos que aumenta el calor, así mismo cuanta más generosidad manifiestes en vencer los obstáculos, tanto más te acercas a Dios.



37) - Si lealmente puede atestiguar que tus esfuerzos en la búsqueda de Dios han sido leales y, si echando una mirada escrutadora sobre el año que va, puede comprobar que los intereses del divino Maestro han tenido lugar preponderante sobre los intereses humanos, has de reconocer que su situación es excelente.



38) – Librarse del espíritu del mundo, saber adivinar cada vez más la voluntad divina, sentir crecer en si el deseo intenso de Dios, todo es buena señal.



39) - “Dios mió, Dios mió! ¿Por qué me has abandonado? Jesús está sumido en una gran agonía física y en una angustia mortal. No dice “Padre”, sino “Dios mio,” como si su Padre le hubiera abandonado realmente.



40) - Cuanto más cerca estamos de Dios, más sentimos la convicción de que Él tan solo es quien cuenta y pesa en nuestra vida.



41) - Si queremos llegarnos a Dios, debemos desprendernos de las criaturas. Este desprendimiento es inexcusable, si queremos un alto grado de vida espiritual.



42) - En todo el universo el único ser que merece ser locamente amado es Dios.



43) - Nuestro Señor fue abandonado de todos. Dios en cambio, no desampara al alma, pero diríase que si, más de una vez, en vista a nuestra instrucción y formación. Imitemos a Jesús que prologa su oración, aunque parezca que ello sea en vano.



44) - Las tinieblas que nos envuelven están a veces henchidas de horror. El recuerdo de nuestros pecados nos aturde excesivamente.



45) - Todo lo que hemos aprendido nos parece una irrisión. “Maldice a Dios y muere.” He aquí, la cruel tentación a que estamos expuestos.



46) - ¿Que esta situación es demasiado difícil de soportar? El Señor responde: -Si te sientes capaz de soportar esta prueba por amor mío, te trataré como a un bebé, y te alimentaré con leche.



47) - En toda situación roguemos al Señor, y vendrá en nuestro auxilio como lo hizo con Jesús cuando dijo: - Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.



48) - Si estamos decididos a consagrarnos a Dios enteramente, el sufrimiento sin ninguna clase de duda, será nuestra herencia.



49) - No nos descorazonemos, pues, cuando la tribulación nos visite, acordémonos de que Jesucristo esta con nosotros aún cuando calle y su presencia no nos sea sensible.

50) - Renunciemos a lamentarnos y no pensemos que la duración de la prueba va a ser interminable.



51) - Sin sufrir, ¿como llegaríamos a robustecernos? ¿Acaso no deseamos pagar a nuestro divino Maestro algo en reciprocidad? Querríamos llevar una vida sin sufrimientos ni dificultades?



52) - Hagamos por manera de que nos sea familiar la Pasión de Nuestro Redentor.



53) - Muchísimo más nos aproximaremos a Él por la fidelidad en las tribulaciones y en los combates que cuando vivimos en medio de dulzuras y consolaciones.



54) - “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.” Estas palabras, Jesús las pronunció en favor de sus verdugos, de los sacerdotes judíos y de todos los que habían tramado su muerte.



55) - Intercede por sus enemigos. Pleitea a su favor! Admirable amor! Llega a excusarlo, incluso, porque “no saben lo que hacen” no sabían que Jesús era Dios, si bien esta ignorancia era culpable, puesto que conocían las Escrituras.



56) - Una indulgencia ilimitada mueve a Dios, a pesar de todos nuestros pecados. Nos ama verdaderamente.



57) - Si hay ignorancia o debilidad, ello basta para que se apiade de nosotros y persevere en nuestro amor.



58) - Unos piensan que no puede Dios amarme, no es posible que olvide mis pasados yerros.



59) - Jamás alcanzaremos a tener una convicción bien sólida, sin límites, acerca de la compasión que siente nuestro Señor para con nosotros.



60) - El entusiasmo es un don de Dios. Pensemos en los discípulos de Emaus. A pesar de ver desvanecidas sus esperanzas, no se desvían del Señor. Su lealtad es fielísima.



61) - Nosotros también podemos experimentar hondas decepciones donde teníamos derecho a cimentar una muy profunda esperanza.



62) - Como los discípulos de Emaus, nuestras tonterías y faltas involuntarias no le ciegan. El Señor enardecerá nuestros corazones en su intimidad más profunda.



63) - Las inquietudes de los discípulos no estaban desprovistas de fundamento; pero se sentían embebidos de su Maestro, les era tan vivo el recuerdo de sus sufrimientos, que sentían necesidad de hablar de Él.



64) - Estos discípulos no incurren en crítica alguna. ¡Qué lección más admirable para nosotros!



65) - Mientras Jesús nos regala con sus consolaciones, mientras nos acompaña y sentimos en nuestro derredor la aprobación, todo va viento en popa y estimamos excelente el poder contarnos entre sus amigos. Pero cuando las cosas andan mal, el disco ya es otro.









66) - La consternación se había apoderado del ánimo de los dos discípulos y les había dejado ofuscados. ¡Un hombre en plena juventud, despreciado a los ojos de su Madre y en circunstancias ignominiosas!



67) - Cuántas veces en las dificultades creemos perder todas las esperanzas. Parece que todo amenaza tomar un giro contrario.



68) - En nuestra vida muchas veces nos decimos: -Contábamos con que el Señor se inclinaría y procedería a nuestro favor, más…



69) - El Señor nos podría decir: ¡Insensatos!, ¡niños”, ¿no sois capaces de descifrar lo que es tan claro como el sol en pleno día?



70) - No llegamos a darnos cuenta de que Él ha hecho precisamente lo que de Él estábamos esperando.



71) - Cuando el Señor no atiende nuestras peticiones como a vuelta de correo, juzgamos ya que no nos hace caso.



72) - Dices: Dios ya no me escucha. -Cuán poco razonables somos! Debes saber que nadie todavía ha dirigido a Dios una oración sincera sin haber sido escuchado.



73) - Para ser oído favorablemente ni siquiera se requiere hablarle en estado de gracia.



74) - Dios está más deseoso de oír favorablemente nuestras súplicas que nosotros de dirigírselas. “Corazones tardos en creer!”



75) - Llamamos suavemente y porque al instante no se abre la puerta, nos retiramos y creemos que la unión con Él ha sido obstaculizada.



76) - Si la desconfianza es habitual, hace inútil y defectuosa mi oración. Lo que Dios desea de nosotros es que le amemos...



77) - Los peregrinos de Emaus deberían haber comprendido que Cristo tenía que sufrir.



78) - “Oh corazones tardos en creer que Dios nos quiere a todos verdaderamente santos.” Queremos ser virtuosos sin que nos cueste, humildes sin pasar por las humillaciones, simpatizar con los sufrimientos de Cristo sin experimentar el más mínima molestia, ni el más ligero rasguño.



79) - Prueba de fijar tu vida conforme a la luz que esclarece las palabras del divino Maestro, y te darás cuenta de cómo caes en un profundo error.



80) - Acabarás por admitir que todos los contratiempos, el mismo vano desgaste de energías, todas esas circunstancias contradictorias y dolorosas son necesarias para tu definitiva santificación. ¿Acaso no convenía que ello fuera así?



81) - Los mismos pecados perdonados pueden resultarnos muy útiles para el servicio de Dios.



82) - Fuere cual fuere tu vida, el Supremo Hacedor la permite. Cuando se habla de vida disipada, malograda, la expresión no es exacta.



83) - Además, un solo minuto de arrepentimiento puede repararlo todo; un momento de contrición, por breve que sea, basta para hacernos agradables a Dios, para volvernos hacia Él.



84) - Dios permite las cosas que nos sobreviene y los mismos tropiezos pueden conducirnos a dicha eterna...



85) - Los discípulos le instaron. Como ellos, cuando nos parezca que Nuestro Señor se niega a otorgarnos lo que le pedimos, importunémosle, forcémosle a oírnos. Él no sabe resistirse al apremio de un verdadero amor.



86) - Partió el pan, le reconocieron y desapareció súbitamente de su vista. ¿Acaso no se sentían enardecidos nuestros corazones en sus más íntimas reconditeces?...





PESIMISMO ESPIRITUAL





87) Uno de los mayores obstáculos para progresar en la vida espiritual nace de la creencia que por cualquier motivo Dios se disgusta de nosotros.



88) - Casi pecamos de pesimismo cuando se trata de vida interior.



89) - Dios, pensamos, tendrá sus razones para no otorgarme gracias especiales. ¡He abusado tanto de ellas en mi vida pasada!



90) - ¿No nos sabremos dar cuenta de que sólo el demonio es el que puede sugerirnos tales pensamientos de pesimismo?



91) - Dios nos ama con un amor inconcebible y desea ardientemente venir a nosotros por medio de la Sagrada Comunión. Nuestras abstenciones a recibirlo, le apenan.



92) - Sepamos que todo cuanto hace en nuestro favor en estado de prueba en que nos hallamos es para que intensifiquemos el amor de que le somos deudores.



93) - Las pruebas nos llegan para mayor perfección nuestra.



94) - Debería ser para nosotros un poderoso consuelo el pensamiento de que las circunstancias que nos rodean son precisamente las mejores del mundo y las más propias para permitirnos servir estupendamente a Dios.



95) - No temas pecar de presuntuoso: Acércate a Mí, dice el Salvador; mis brazos te están abiertos.



96) - Acojamos cuidadosamente las inspiraciones de la gracia. Oímos una crítica poco caritativa y ardemos en deseos es exclamar: -Soy de la misma opinión. En vez de callar. Las pequeñas gracias nos irán inundando poco a poco.



97) - Habiéndonos dicho Nuestro Señor: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas, no tenemos derecho a poner en duda la palabra divina; es su voluntad formal que le sirvamos por amor.





98) - Cuando Dios quiere que un alma se le acerque, la invita a rendirse a su deseo. Comienza por sugerirle que le conozca mejor, a fin de que le ame más.



99) –Si sintieses la necesidad de amarle más, puedes estar seguro de que esto proviene de Dios.



100) – Una vez empezada su obra en el alma, jamás la deja inacabada.



101) – Si queremos ser fieles a su voz interior, satisfará Él mismo los deseos que nos ha inspirado.



102) – Si no quisiera gratificarnos con los dones que nos presenta, se parecería a una madre que hiciera pasar por delante de los ojos a su hijo pequeño un objeto que el desea, alejándolo cada vez que tiende a cogerlo, con el solo fin de impacientarle.



103) – Evita tamañas reflexiones: No he servido a Dios fielmente durante estos años pasados, ¿como puedo empezar a hacerlo ahora?



104) –El tiempo no cuenta para Dios. Será mejor que digas: -Aquel que ha empezado su obra en mi, la concluirá (Fi 1, 6).



105) –Volvamos hacia nuestro buen Maestro y digámosle: -Sois Vos, Señor, quien ha puesto en mi corazón esta necesidad de amaros. Acrecentad, pues mi amor, a fin de que lo realice plenamente.





NO APRESURARNOS NI ATORMENTARNOS





106) –Nos creamos muchas dificultades en la vida espiritual. Nos atormentamos, nos apresuramos y quizás la misma impaciencia nos parece una virtud.



107) – El medio más a propósito para obtener algo de Dios es seguramente no afanarnos en extremo.



108) – La característica de toda actuación es LA CALMA; no nos sobreexcitemos ni nos apresuremos. Los santos no alcanzaron la perfección en un día.



109) - Para moldear el carácter según el ejemplar divino, es necesario un tiempo considerable. Para los santos era algo enojoso pero no se impacientaban. Se sentían dichosos.



110) - Los santos no creían imposible llegar a la cima, sigamos su ejemplo. ¿No nos ama Dios en la misma forma?



111) - El progreso en la vida espiritual depende mucho de que sepamos cultivar una ferviente ALEGRIA, un ardor incesante.



112) - Por que os atormentáis?, nos dice el Señor. Vuestra perfección es obra MIA. Sed fieles en mi servicio y Yo cuidaré de vosotros.



113) - No se justifica que pierdas tiempo y agotes fuerzas en agitaciones vanas.







114) - Duélete íntimamente de algo, si es que vale la pena, y después aparta con diligencia tu pensamiento de ello.



115) - Nuestra mezquina inteligencia y voluntad no resisten la dispersión de nuestras fuerzas.





116) - ¡Que gran desventura es no saber vivir EL MOMENTO PRESENTE!



117) - Tener un dolor tranquilo del pasado es cosa perfecta; pero evita el enzarzarte en retrospecciones sentimentales o en anticipadas ansiedades.



118) - ¿Puede estar contenta una madre si sus hijos estuvieran siempre en la duda de si mañana los amará aún?



119) - Los santos vivían en el momento presente y procedían tan bien como sabían, dejando a Dios el cuidado de todo lo demás.





LAS HUMILLACIONES.



120) -¡Toma en tus manos la copa de las humillaciones y vacíala toda entera; de esa suerte el sol, desde el amanecer hasta que anochezca, será el testigo de una vida gloriosa!



121) - No depende de nosotros sentir pena por las humillaciones, o sentirnos abatidos, confundidos y aún lastimados por ellas. Esto no cuenta para nada.



122) - Lo que realmente importa es que no nos nutramos de amarguras y que sepamos rechazar todo resentimiento.



123) - Los judíos daban noticias engañosas acerca de Jesús. Decían que arrojaba los demonios por arte de Belcebú.



124) - Jesús callaba a esas humillaciones sin resentimientos, al contrario con alegría por mi salvación.



125) - Señor, cuando me encuentres muy cobarde, muy impaciente y diciéndote a voz en grito: - Yo no puedo soportar esto, no puedo sufrir aquello, te suplico que no hagas caso a mis lamentos.



126) - Dame, Señor, la fuerza necesaria para sufrirlo todo en silencio; dame juicio para que te comprenda mejor y concédeme que te ame mucho más todavía.







ORACION.



127) – Es falso creer que Dios no quiere hablar a tu alma.



128) - Rezar es, ponerse en comunicación con Dios. Ora como puedas no ores como no lo puedas. La oración más sencilla es pensar en Dios y amarlo. Él anhela darse a ti.





129) - No digas gimiendo: -¡Si Dios quisiera por lo menos manifestárseme! – Él quiere hacerlo y te permitirá sentirle y gozarle.



130) - Es el puro amor de Dios el que anida en la entraña de tus inquietudes respecto a tu modo de orar? ¿O es más bien un deseo de ahorrarte estos esfuerzos?



131) - ¿Por qué otros oran con facilidad y yo no? No te inquietes por los otros, y aprenderás pronto a orar.



132) - La única preocupación u “obsesión” de ciertas almas, parece radicar en el temor de Dios que en el día del juicio les reproche algo que no recuerden.



133) - ¿De dónde vienen esos terrores, esta opresión del corazón, esa desconfianza respecto a la bondad de Dios? San Juan dijo: -El amor perfecto desecha todo temor y nuestro Señor repetía: Soy Yo, no temáis.



134) -La religión no consiste en evitar perpetuamente una cosa.



135) Hay quien parece creer que la esencia de la vida espiritual consiste en un continuo examen de conciencia. La idea de los hechos pasados invade su espíritu.



136) - No hay que tener ante los ojos el catálogo de los pecados que apagan el último rayo de esperanza que debía iluminar y transformar la vida espiritual.



137) - Jesús trataba con toda dulzura a sus apóstoles a pesar de sus defectos y de sus mismas faltas que les permitía sentirse muy a gusto con Él.



138) - Haz el bien, si quieres evitar el pecado.



139) - Ten la seguridad de que Dios juzga más que por el detalle, por el conjunto y el fin de nuestro obrar.



140) - Ir a la deriva, no tener en la vida un objetivo determinado, no beneficia a nadie. No realizar nada, no aspirar a nada! Que cosa más triste!...



141) - Deberíamos todos vivir y trabajar con un objetivo muy concreto. ¿En que situación te hallas respecto a este punto?



142) - Cuanto más un alma se acerca a Dios, más gusto experimenta en contemplar la santa humanidad de Dios Nuestro Señor.



143) - A la manera de una esponja hundida en el océano, sumérgete tú en el abismo insondable del Sagrado Corazón de Jesús, a fin de que las aguas del amor te envuelvan y empapen enteramente tu alma.



144) - Sólo el amor de Dios puede llenar tu corazón.

2 comentarios:

  1. Sor. Cecilia monja de clausura de la orden de Predicadores, te invita que veas un vídeo donde recita un poema a Cristo Crucificado, esto a movido más almas a amar a Cristo y a reflexionar sobre sus vidas que todas las normas y disciplinas monásticas.
    Con ternura
    Sor.Cecilia

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  2. Este posteo abre el alma y el corazon al Dios que debe madurar en la vid que hay en nosotros,seamos siempre los sarmientos.

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